Avenida Francisco de Miranda, Caracas.
La reseña del diario El Universal:
ELVIA GÓMEZ | EL UNIVERSAL
domingo 23 de febrero de 2014 08:10 AM
"Nicolás es un error en la historia, y si la historia no la construimos desde aquí, ese error puede durar mucho más de lo que ustedes quieren".
Sentencioso, en un discurso de 37 minutos dirigido especialmente a los jóvenes y estudiantes, Henrique Capriles Radonski cerró un acto de la Unidad Democrática que replanteó la agenda de exigencias que la oposición presenta al Gobierno nacional y que en adelante llenará de contenido las protestas de calle, que se mantendrán, pero con organización y disciplina, sin exponerse en las noches a los ataques de paramilitares y cesando con las guarimbas que generan caos.
Al menos ese fue el acuerdo que pareció sellar la multitud con la dirigencia de la Unidad, cuyos principales integrantes se mostraron ayer -con múltiples gestos de respeto y afecto- decididos a restañar fisuras. Capriles hizo un reconocimiento expreso a Ramón Guillermo Aveledo al frente de la alianza.
De nuevo la gorra tricolor fue casi unánime. La concentración se extendió sobre la avenida Francisco de Miranda hacia el Oeste, desde El Marqués hasta Los Cortijos, según los reportes a la 1 pm, cuando empezó la actividad. La multitud no perdió el ánimo, pese a un retraso en el inicio por fallas eléctricas.
Los simpatizantes siguieron con atención a los seis oradores que cubrieron hora y media de jornada a pleno sol y gritaron y corearon consignas en respaldo a los planteamientos y en rechazo al Gobierno.
La agenda de exigencias que presentó Capriles comprende: Libertad y amnistía de todos los estudiantes, así como la libertad de Leopoldo López. Medida humanitaria para Iván Simonovis y que se acabe la persecución y se permita el regreso de los exiliados. Exigir el desarme inmediato de los paramilitares. Constituir un grupo mixto, de diputados del oficialismo y de oposición, que con la Fiscalía General y los tribunales garanticen la justicia para los caídos y reprimidos, y el cese inmediato de la represión brutal a nivel nacional, especialmente contra el Táchira.
Vulnerables de noche
Juan Requesens, presidente de la FCU-UCV, abrió el acto pidiendo un minuto de silencio por los caídos en las protestas. En su arenga de 15 minutos, dejó claro: "si el Gobierno no nos escucha, ¡seguiremos en las calles¡". Fue el primero en plantear que no se hagan protestas nocturnas, porque " somos más vulnerables" a los ataques de los colectivos. "¿Quién está aquí armado?", preguntó Requesens a la multitud, y ésta le respondió: "¡Naaaadieeeee!".
Le siguió Lilian Tintori, esposa de Leopoldo López, quien subió a la tarima con los padres del dirigente de Voluntad Popular preso en Ramo Verde. Insistió en desmarcar a su marido de los desórdenes. "No somos violentos, ese no es Leopoldo", dijo y se mostró interesada en que los líderes ofrecieran una imagen de conjunto.
"Sí hay unidad, ¡no me vengan a decir ahora que estamos divididos!", dijo Tintori, quien ofreció al diario El Tiempo, de Colombia, declaraciones donde recriminó a Capriles su falta de solidaridad. Con el argumento de darle un abrazo, Tintori aproximó a María Corina Machado al micrófono y se lo cedió. La diputada no estaba en la lista de oradores acordada.
"La valentía y perseverancia de nuestros jóvenes le arrancó la careta a Maduro. Hoy el mundo sabe que aquí hay un régimen que reprime", dijo la parlamentaria, mientras que la multitud coreaba: "¡dictadura, ¡dictadura!, ¡dictadura!".
Diálogo con agravios
El alcalde metropolitano, Antonio Ledezma, fustigó a Nicolás Maduro por ofrecer diálogo con una "tarjeta de invitación plagada de insultos y agravios. ¡Cómo se puede hablar de convivencia!". Insistió en la unidad de toda la alianza y recalcó que la concentración era "para exigir el desarme de los colectivos paramilitares y parapoliciales". Dijo que sólo previo desarme de esos grupos, el Gobierno podrá hablar de paz con autoridad moral. Reclamó el cese del acoso militar contra Táchira, y añadió que allá no quieren sobrevuelos de helicópteros, sino "que llueva café, mantequilla, aceite". "Maduro, no te sigas escondiendo en los pantalones de Obama, en Petare la gente no sabe quién es John Kerry", dijo sobre el secretario de Estado de EEUU.
El gobernador de Lara, Henri Falcón, también se presentó, acompañado de los alcaldes de Barquisimeto, Alfredo Ramos y de Cabudare (Palavecino), José Barreras, localidad que sufrió el acoso de la GN.
"Nicolás, no son momentos de posturas radicales, extremistas, prepotentes (...) Nicolás, deja el sectarismo, la amenaza y el chantaje", dijo Falcón, y recordó las tragedias de otros países, donde se aceptó dialogar luego de miles de muertos.
Movimiento social indetenible
En su turno, a la 1:48 pm, la multitud reconoció el liderazgo de Henrique Capriles con una de las ovaciones más cerradas y firmes. "Soy de hierro ante el odio", dijo como reflexión inicial, escrita con letra capitular.
Reclamó, en tono tajante, a Maduro: "Este mensaje es pa' ti, Nicolás: ¡No te acepto! ¡Nadie aquí acepta! ¡Los venezolanos que piensan distinto no son fascistas! ¡Agarra esas palabras y las escondes, tú sabes dónde!". Denunció que "en Venezuela sí hay tortura", y ofreció detalles de cuatro de 18 casos de tortura sustentados en expedientes y uno de "represión brutal", de un total de 500.
Capriles insistió en llamar a los jóvenes al orden, pidió que no protesten de noche y que no tranquen sus propias calles. Alertó que el Gobierno alienta las protestas en Altamira, "pero ellos saben que hay descontento en Catia". Habló a las madres y dijo que él se preocupa porque "¡a Nicolás no le importa la vida de ustedes, a nosotros sí nos importa!".
Le tomó la palabra a Maduro sobre lo que dijo haría en la reunión del Consejo Federal de Gobierno. "El lunes, Nicolás, espero que me pongan el micrófono para hablar en cadena de radio y TV, si no me voy de Miraflores", dijo al confirmar su asistencia al evento.
Ratificó su petición de ejecutar "protestas con contenido". A Requesens, le pidió respaldarle. "Juan, démosle orden y organización (a las protestas)".
Pidió levantar de nuevo sus banderas de campaña y "convertir los comandos familiares en los comandos de defensa del pueblo". "Vamos a convertir la protesta en un movimiento social indetenible, en el movimiento social más grande de la historia de Venezuela".
